El Sur en Estados Unidos no es solo un lugar, es una forma de ser y estar en la vida. Son unos tipos armados con palos con un clavo en la punta, camareras ofreciéndote café mientras te comes un kilo de costillas de cerdo, primos procreando entre sí y predicadores que ponen un revólver sobre su púlpito para sentirse más cerca de Dios. Confiemos en los viejos y buenos tópicos. El Sur de Estados Unidos, en los cómics, es el que pintaron un irlandés y un británico en ‘Predicador‘. Un sitio al que no quieres ir… O volver. Jason Aaron es de ese Sur, y no piensa volver a vivir en él. Normal. Tras escribir ‘Paletos cabrones‘ (‘Southern Bastards‘ en el original, editado en España por Planeta Cómic), es probable que si regresa acabe en el pilón. O lo que sea que hagan en el Sur.

paletos cabrones

 

‘Paletos Cabrones’ es la historia de un regreso. Tras años alejado de su pueblo, Earl Tubb vuelve a su antigua casa familiar. No lo hace por gusto. La choza se ha quedado vacía y va a tratar de venderla lo más rápido posible. El viejo Earl no es un tipo cualquiera: es el hijo del legendario sheriff Tubb, una sombra que todavía le atormenta en forma de recuerdos y una tumba bajo el árbol del jardín. De eso han pasado muchos años. Ahora el hijo de puta oficial del lugar es el entrenador Boss, y Tubb va a cometer el error de cruzarse en sus planes. Los paletos cabrones, esos que afilan sus palos en el porche, miran con recelo a los morenos y juegan al fútbol americano, van a ir a por él.

Tras firmar ‘Scalped‘ junto a R.M. Guéra para el sello Vertigo de DC, y escribir en la actualidad varias series mensuales para Marvel, es de suponer que a Aaron no le falta ni reconocimiento ni trabajo. Pero ahí está Image, la editorial en la que todos los grandes autores del momento quieren publicar. Para esta casa guardan sus mejores ideas, sus proyectos más personales, las niñas de sus ojos. Solo hay que ver el trasvase de firmas de Marvel y DC hacia Image, a tiempo completo o parcial, como en este caso, y cómo luego esa apuesta se traduce casi automáticamente en aclamaciones de público y crítica. La prueba: ‘Paletos Cabrones’ acaba de cosechar dos premios Eisner, a mejor serie y mejor guión. Algo que nos olíamos iba a ocurrir, tras las alabanzas de Queco Ágreda en nuestra sección Espacio Exterior.

shouthen bastards

La serie arranca con un tenso sosiego. La sensación es de preludio, como el cruce de miradas antes del tiroteo final de ‘El bueno, el feo y el malo‘. En este primer tomo, Aaron y Latour nos ponen en contexto, nos presenta a un hombre bueno ante una horda de paletos sureños de gesto torcido y dientes mellados, y dejan la puerta abierta para una gran historia de venganza. Mientras, guionista y dibujante trazan un descarnado retrato del Sur, un lugar en el que uno no ha estado, pero del que no duda de que los tópicos son solo el reflejo de una realidad descorazonadora.

‘Paletos Cabrones: Aquí yace un hombre’ es un gran comienzo para una historia en la que el género negro se cuece a 40ºC a la sombra.